La primavera es lo que tiene.
Hace calorcito (pero aún no agobia) como para apartar un poco las lanas. Y los días son tan claros que te alegran la paleta habitual. O al menos a mi me da por colores más alegres...
de ahí esta bolsa nueva tan primaveral, con pajaritos y alegría y mi nuevo cactus, que no se morirá aunque se me olvide regarlo.
¡Ala! Ya se me ha puesto la sonrisa tonta.
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